La frase «Todo lo que quieras pedir, pídelo por los méritos de mi infancia y nada te será negado» es una promesa de Jesús que aparece en una oración popular dedicada al Divino Niño Jesús. Esta invocación invita a los fieles a presentar sus peticiones con confianza, apoyándose en la inocencia, la pureza y la sencillez de la infancia como camino de cercanía con lo divino.
Más allá de la forma en que cada persona viva su fe, esta frase expresa una idea profundamente humana, cuando se pide desde un corazón sencillo, abierto y confiado, algo en nuestro interior se ordena. Tal vez sea fe, tradición, resonancia colectiva o —como dirían algunos— un campo de intención compartido. El hecho es que, para muchas personas, incluyéndome, esta forma de oración sigue viva porque sigue dando sentido y consuelo.
Las novenas de aguinaldos: una tradición que une

En Colombia, los nueve días previos a la Navidad están marcados por las novenas de aguinaldos, encuentros en los que familias, amigos, vecinos o compañeros de trabajo se reúnen para orar, cantar villancicos, compartir alimentos y, sobre todo, estar juntos.
No se trata únicamente de una práctica religiosa. La novena crea un espacio cotidiano de encuentro, pausa y reflexión en medio del cierre del año. Durante nueve noches, la mesa se convierte en punto de reunión, la palabra se vuelve compartida y la espera adquiere un sentido más profundo,
el del nacimiento espiritual, la renovación y la esperanza.
Durante los días de la novena —o en este tiempo previo a la Navidad— puedes acompañar la reflexión con gestos sencillos que ayuden a enfocar la intención:
- Cada noche, antes de dormir, escribe una sola intención clara, formulada con calma y gratitud.
- Agradece algo concreto ocurrido durante el día, incluso lo más pequeño.
- Si compartes alimentos, bendícelos.
Y, si lo deseas, puedes añadir a tus preparaciones habituales ingredientes tradicionalmente asociados al bienestar:
Uvas pasas, presentes en muchas tradiciones de fin de año, como símbolo de prosperidad y abundancia.
Canela, para atraer la buena fortuna.
Jengibre, usado desde hace siglos para aportar vitalidad, energía y claridad.
Recuerda que más allá de las fechas y los nombres, estas tradiciones siguen vivas porque nos recuerdan algo esencial: que cuando nos reunimos, agradecemos y pedimos con el corazón abierto, algo en nosotros —y a nuestro alrededor— comienza a transformarse y la energía responde atrayendo lo que deseamos.
Hay momentos en los que se siente el llamado a empezar de nuevo… a ordenar la energía, las emociones, la vida cotidiana y deseamos atraer lo que deseamos:

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